
El Madrid, favorecido por un error arbitral en el que una falta sobre Cristiano fuera del área fue sancionado como dentro. El Barça mientras tanto, trato de recurrir a una "genialidad" de Messi en el último minuto para intentar llevarse el partido, pero esta vez no fue un desborde sobre varios defensores, ni un tiro endiablado, sino la simulación de un penalty con un piscinazo que ni el campeón olímpico en salto a piscina hubiese hecho mejor. Soberbio Messi.
Por suerte llega la Champions para el Barça, en la que podrá hacer en muy pocos días un lavado de imagen tras lo mostrado en Anoeta.